Se deshonra con la injuria.
Editorial de la Crónica del Quindío
Ya en otras oportunidades nos hemos referido al indebido uso de la modernidad periodística plasmada en las páginas web de los diarios escritos del país. La apertura de una vía expedita para las opiniones ciudadanas ha sido abusada en extremo.
Los lectores tienen la oportunidad de expresar sus opiniones sobre editoriales y comentarios y acerca de todos los hechos que se suceden en la cotidianidad de un país convulsionado como el nuestro. Sin embargo, esa circunstancia no se aprovecha adecuadamente.
La web la emplean poco los lectores serenos que buscan información sobre los acontecimientos de la sociedad y desafortunadamente, lo hacen más los oportunistas cuya actitud consiste en la búsqueda de fines perversos que en la mente de corruptos utilizan el medio para transgredir valores, calumniar, injuriar y obviamente para violar las leyes.
Son acosadores de la justicia que actúan desde el anonimato poniendo muchas veces en tela de juicio la dignidad y el honor de sus víctimas.
Nos preocupa aquí que ciudadanos de bien en el Quindío, se hayan convertido en víctimas de esta forma de atentar contra el decoro, la honradez y el patrimonio moral de las personas. Lo han hecho a través de la página web de La Crónica del Quindío empresa periodística con una visión y misión distintas a las que emplean quienes transitan por las avenidas del mal en la región.
El problema es grave y acerca de la situación tendrá que tomar medidas el Estado de derecho colombiano. Se han dado pasos; la misma tecnología permite identificar a los autores de sucias y calumniosas notas, empero falta la acción penalizadora que condene la nueva modalidad de sicarios que atentan desde una página web cualquiera en forma indiscriminada. Endilgan conductas punibles, siembran dudas y cizaña, convierten en víctimas a los denunciados y son capaces hasta de borrar la presunción de inocencia establecida por el Estado derecho a través de las normas que rigen los destinos jurídicos de la nación colombiana.
De esta otra nueva forma corrompida de lesionar, herir y matar el honor de quienes conservan patrimonio moral, se ha hecho víctimas a particulares que en el Quindío han desarrollado y ejecutado proyectos en el sector privado, no sólo para el éxito personal y empresarial, sino para el bienestar social, porque producen empleo, sino además, porque han contribuido al desarrollo integral de la ciudad y el departamento.
Uno de los casos de esta naturaleza delictiva ha estado relacionado en Armenia con los conjuntos cerrados conocidos como Cabo de la Vela, Barú y Caño Cristales. Las exageraciones han sobrepasado todos los límites de la normalidad y el respeto para denunciar. El ensañamiento ha superado los límites del régimen establecido en el marco jurídico del país en situaciones y casos de esta naturaleza.
Pero lo que en todo caso resulta deplorable y de ninguna manera digno de justificación, ha sido el uso de nuestra página web. Queremos exhortar respetuosamente a la sociedad quindiana porque es hora ya de rechazar unánimemente el dañino sistema empleado por seres que no tienen ánimo ni fuerza moral. Practicantes del mal, mentes enfermas que han pretendido penetrar el calor de la sociedad, que si bien con debilidades, tiene en su historia y haberes el capital de principios suficientes para defender la honra de la quindianidad y a las personas naturales que tienen categoría para vivir con decoro.
Se ha deshonrado con la injuria, pero será la justicia la encargada de condenar los delitos de esta inhumana naturaleza, casi a punto de ser comprobados. Cuando se acorralen, será aún más fácil valorar y reconocer la inocencia de las víctimas y la capacidad criminal de los victimarios.
La Crónica del Quindío, Mayo 22 de 2011
Comentar